Las Emociones Humanas: ¿Genéticamente Programadas o Socialmente Aprendidas?

Es fácil caer en la trampa de asumir que cada ser humano tiene una gama más o menos idéntica de emociones. Esto no es así. Así como cada individuo humano es físicamente único mientras encaja en una forma física general (que por lo general, no siempre, incluye cuatro extremidades y un tamaño adulto de entre 1,5 y 2,5 metros) por lo que, también, el alcance y la intensidad de las emociones que sienten los seres humanos varía de un individuo a otro.

El resultado para cada individuo se basa en el potencial genético único de ese individuo y, más importante, la experiencia social aterrorizante de esa persona dentro de su cultura particular, la comunidad y la familia. Por lo tanto, cada ser humano es tan único emocionalmente como lo  es física e intelectualmente.

Hay algunas pruebas, incluso de varias observaciones en bebés y niños muy pequeños, para sugerir que los sentimientos de miedo, la ira y la tristeza son parte de la herencia genética de cada individuo humano (aunque, como se mencionó anteriormente, la conciencia y la expresión funcional de estos sentimientos pueden ser suprimidas cuando el niño crece).

Sin embargo, hay evidencia monumental para sugerir algunos otros sentimientos como el amor y la compasión, que existen al nacer sólo como potencialidades y sobre la necesidad de tener una experiencia en un contexto social, ya que el niño es muy pequeño para manifestar contextualmente sus emociones.

Así, por ejemplo, si un niño vive en un medio social carente de amor, este ha sido privado de la oportunidad de desarrollar la capacidad de reconocer la experiencia y también de ofrecer amor, y no va a ser capaz de desarrollar este potencial en el futuro.

Además, aparte del hecho de que ciertos sentimientos no pueden ser desarrollados, otros podrían ser subdesarrollados, mal-desarrollados o híper-desarrollados.

Por ejemplo, una persona puede adquirir una versión subdesarrollada del sentimiento de simpatía, lo que significa que experimentan esto sólo en una forma muy silenciada y probablemente sólo lo suficientemente fuerte para ellos mismos y de esa manera actúan significativamente en esa proporción en una relación con otra persona.

Más extraño, si un niño vive en un medio social en el que se expone a un sentimiento particular, como la ansiedad, pero este sentimiento se conoce por otro nombre, decir "amor", entonces, en este ejemplo, el niño de corta edad aprenderá a sentirse ansioso, y va a creer que está experimentando y expresando amor. Esto es marcado como un fenómeno mal-desarrollo emocional.

Y un sentimiento podría ser híper-desarrollado a través de la experiencia excesiva de ella sin oportunidades seguras para sentir y así liberarlo. Por ejemplo, si usted aterroriza a un niño de forma rutinaria, pero no le permite un tiempo de seguridad y espacio para sentir su terror, entonces este terror suprimido posteriormente se proyecta sobre todo tipo de eventos inapropiados que no son realmente aterradores como el inconsciente del individuo dice.

Este niño buscará oportunidades para sentir ese terror con el fin de liberarlo: un individuo puede exhibir el terror claro (medido por su propio drama, y al parecer enojado, teniendo reacciones exageradas) en respuesta a un suceso trivial como alguien agitando su tenedor en el aire.

Si queremos entender el comportamiento y la conducta humana violenta, es vital entender el perfil emocional de las personas, incluyendo en qué medida estén emocionalmente subdesarrollados, emocionalmente mal-desarrollados y emocionalmente híper-desarrollados.

Y este perfil emocional nos dará una mayor capacidad de entender todo, desde la diversidad de las culturas humanas a las prácticas de explotación de los gobiernos y las empresas transnacionales.

Si desea unirse al movimiento mundial para poner fin a todo tipo de violencia, que depende fundamentalmente de no aterrorizar a nuestros hijos para suprimir su desarrollo emocional, puede firmar "La Carta del Pueblo para crear un mundo no violento" en línea. Chequéalo en google.com.

En contraste con el filósofo Descartes: “Siento, luego existo.”